miércoles, 14 de septiembre de 2011

El movimiento del autobús, el murmullo de las distintas conversaciones que estaban teniendo lugar a mi alrededor, el paisaje que iba apareciendo por la ventanilla y el mareo que me estaba entrando se encargaron de golpearme en la cara y recordarme que no importa a donde vayas, cuanta tierra de por medio pongas o cuantos kilometros en dirección opuesta recorras los recuerdos, nítidos, vividos y latentes se iran contigo, no dejaran de torturar tu cabeza, no importa donde vayas ellos iran siempre contigo.

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